LOS VEHICULOS “TUNEADOS” Y EL SEGURO AUTOMOTOR

ostasEspecial para El Seguro en acción

Como no existe una definición consensuada acerca del “tunning”, me permito decir que en su versión menos peligrosa, el rodado tuneado vendría a ser “todo aquel vehículo que tiene como propósito dar la vuelta al perro por la plaza principal del pueblo a muy baja velocidad, con los parlantes no originales al máximo de su potencia, con el único propósito de aturdir al vecindario y de llamar la atención de los transeúntes, pero en especial a las ´transeúntas´.”

Con esta poco científica definición, intentamos ponerle un poco de humor a una situación que es conocida por todos, y que mientras se limite a la vuelta al perro y al volumen alto, va de suyo que no genera mayores problemas.

Claro que el concepto de tunear un vehículo, no termina con lo antedicho. Más bien, el hecho de cambiar los parlantes de fábrica por otros de mayor potencia, es apenas el comienzo de algo, que quienes se fanatizan con modificar las características originales de fábrica, en especial la motorización -entre otras variables en los autos o camionetas-, los utilizan para correr picadas y que son los que muchas veces terminan en tragedias.

Si bien no es una norma absoluta entre los tuneadores, los cambios que se van realizando a los vehículos, en un alto porcentaje terminan utilizándose para correr picadas, las que son mayoritariamente ilegales. Si bien hay escenarios oficializados para realizar competencias de picadas y velocidad (por ejemplo en autódromos o lugares especialmente habilitados para ello), la personalidad ”transgresora” que incita a modificar el rodado, también lleva a estos conductores a violar los controles, realizando las picadas en zonas no permitidas, las que muchas veces suceden con la anuencia y complicidad de las fuerzas policiales locales.

El comienzo del tuneo

“Tunear” (expresión todavía no aceptada por la Real Academias), deriva de la castellanización del inglés “tunning”, que podemos traducir como “ajuste.”

Las primeras referencias a estos ajustes realizados de manera importante y trascendente (porque, digamos, siempre se hicieron modificaciones a lo que presentaba el fabricante), se registran dentro de una corriente de esnobismo en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y se lo considera hasta hoy, como la necesidad de diferenciarse del resto.

Los fans del tuneo se justifican diciendo que es como la “personalización de un vehículo modificado al gusto del propietario.”

Básicamente hay dos tipos de tuneos:

a) Modificaciones en la carrocería que cambian la apariencia del rodado original colocándoles, además, llantas especiales.

b) Modificaciones en el interior del rodado cambiando, por ejemplo, las butacas de fábrica, por otras de competición; el volante; la palanca de cambio; y como dijimos al principio, es imprescindible la sonorización.

c) Modificaciones en la motorización: se le coloca un kit de admisión directa, para ganar en pique y potencia; se cambian los filtros, las bujías, los escapes, los resortes y amortiguadores, los frenos; entre tantas otras reformas.

Todas estas modificaciones e incorporaciones de materiales y equipamiento, generan un aumento del precio del vehículo, hasta varias veces el valor de salida de fábrica.

Por otra parte y como es sabido, todo vehículo que sale de fábrica, está debidamente homologado por las autoridades nacionales para la circulación. Por el contrario, cuando se aplican todas esas modificaciones, el rodado pierde la homologación concedida al fabricante y al mismo tiempo cesa su autorización para circular en la vía pública.

¿Un auto tuneado es un bien asegurable?

Si nos guiamos por aquel viejo concepto de que todo puede ser asegurable si la prima es suficiente, podríamos decir que sí.

Habrá que tener en cuenta la masa crítica existente, circunstancia que en el país, como en casi todo el mundo, viene in crescendo la tendencia a tunear los rodados.

¿Pero a qué tasa se podría tomar un auto que, además de no cumplir con los estándares de fábrica, se convierte en una cosa altamente riesgosa.?

Vamos por partes: si bien se considera tuneado un auto que tiene una cantidad de calcos con llamaradas y el caño de escape recortado o un kit deportivo, éste sin más, y a nuestro modo de ver, no representa un incremento del riesgo, por lo que es perfectamente asegurable.

Pero cuando vemos que el rodado tiene modificada la carrocería y/o la motorización, no escapa al criterio de cualquier entendido, que ese auto está preparado para correr, y aunque no sea para picadas, resulta más que previsible que lo haga a un altísima velocidad, superior a la permitida por ley.

Va de suyo que quien “toca el motor”, no tiene fines de paseos familiares, lo que hace inviable darle cobertura aseguradora.

Coincidamos con el lector, que nadie va a efectuar semejante inversión, solamente para cumplir el ritual de la “vuelta al perro”. Por lo que es lógico que cualquier entidad que cuida sus intereses, evitará asegurar semejante riesgo.

Por otra parte, lo que hemos podido averiguar entre brokers y aseguradoras, a efectos de redactar esta nota, acerca de si “toman” autos tuneados y en su caso, bajo qué condiciones lo hacen, el resultado es altamente negativo. Salvo el caso de una compañía de primera línea, que nos informó que lo pueden llegar a tomar, dependiendo de la existencia de un alto compromiso comercial que tengan con el productor asesor o con el asegurado, y mediante la fijación de una prima altísima.

En cambio sí fue más exitosa la posibilidad de que se aseguren equipos de sonorización, los que deben estar adecuadamente descriptos en la póliza, y generando una extra-prima.

Si bien la tenencia de un bien mueble, presupone la propiedad de quien la posee , es aconsejable que se disponga de la factura de compra de cada uno de los extras que se quieran asegurar, incluso solicitando una inspección previa.

Debe tenerse en cuenta que, muchas veces, estos “opcionales” pueden tener un origen non santo.

¿Qué sucede ante un siniestro, si no tengo denunciado el tuneado?

Si un asegurado que tiene contratado su seguro automotor, decidió tunear su auto, lo primero que debió hacer, es avisarle ello a su aseguradora, para ver si ésta decide mantenerle la cobertura (tal vez a un costo mayor), teniendo la entidad la opción de denunciar la cancelación del contrato, aunque conforme la Ley de Seguros, deberá mantenerlo asegurado por 15 días más desde la notificación. Claro está que si el auto aún no fue modificado, ya que en ese caso la compañía rechazará la atención de un eventual siniestro, por haber modificado las condiciones de contratación.

Habrá que analizar después cómo fue el hecho en sí y si el mismo se hubiese producido de cualquier manera, aun en el caso de que el rodado no estuviese tuneado. Pongamos como hecho que, con un auto tuneado y no denunciado, mientras el asegurado circula por una calle angosta y con un tránsito lento, detrás de un auto estacionado sale una criatura corriendo, y la embiste. La cuestión a debate es determinar si el tuneo tuvo alguna incidencia en el siniestro o no. Y, en el caso supuesto, aventuro que ese siniestro debe ser cubierto. Pero acordemos que, con autos tuneados, el caso aquí planteado, sería casi un ejemplo de laboratorio. La realidad suele plantear, generalmente, escenarios más complejos…

Dr. Gustavo J. Costas

Abogado

Director del Estudio Costas & Asociados

gcostas@gustavocostasyasoc.com.ar

4 Thoughts to “LOS VEHICULOS “TUNEADOS” Y EL SEGURO AUTOMOTOR”

  1. Me da la impresión de que por ser un auto tuneado, se asevera que se lo usará para correr picadas a más velocidad de la permitida.Claramente es una discriminación sin sentido, máxime cuando cualquier auto de fábrica viene con velocidades finales que sobrepasan altamente las permitidas. Con ese simple criterio, deberían evaluar si se cubren los siniestros de automóviles 0km y aun usados, que permitan velocidades mayores a las autorizadas. Un verdadero embrollo para el mercado asegurador. Me parece que las compañías terminan pagando estos siniestros de todas maneras.
    Alberto

  2. Muy interesante artículo. Felicitaciones al autor, por enfocar un tema actual con mucho realismo.El punto central para determinar la cobertura será el eventual agravamiento del riesgo.
    Dr. Antonio Rabosto (Uruguay)

  3. Excelente artículo, y me parece que no se puede negar cobertura. Lo que puede negarse es el siniestro si no se cumplen las reglamentaciones vigentes (Ley de Tránsito, velocidades máximas). Además de esto, recordemos que no se contemplan los siniestros que ocurran por competencias automovilísticas.
    Horacio Ariel Diaz-Río Negro

  4. La realidad de nuestro mercado automotor y la falta de moral de nuestra sociedad, hace que las aseguradoras jueguen a la ruleta rusa con las primas y la SSN mira para otro lado porque la plata sigue fluyendo para el inciso K.
    Hoy no sólo hay problema con el tuneo. El ploteo esconde vicios o degradaciones en el vehículo que esconde una realidad. Hay vehículos que no deben circular porque el equipo de gas está sin inspección. Se venden las obleas de gnc. Las inspecciones no se hacen de parte del Estado y del seguro. Es triste pero real. Primero habrá que reconstruir la moral para el seguro vuelva a ser un contrato de buena fe.
    Fernando Pioli

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